lunes, 10 de diciembre de 2018

He muerto.

He muerto.

Yo vivo muerto de la risa y procuraré que así sea por el máximo tiempo posible, mientras esté en mis cabales, pero he notado que el de la oz viene segando cerca.  No hay que alarmarse, unos que nacen otros morirán y la vida sigue igual, nada cambia cada vez más absurda.
La humanidad se acabará porque  todos morirán de sed y venganza. Ni un mono animado del señor Stan Lee nos podrá salvar, el también murió.

A medida que uno se hace viejo oye hablar más de ella, conoce más gente que entra a esa dimensión desconocida y escucha de otros que con sus dolencias se aproximan.

No hay que temer, les aseguro que no hay nada, créanme, de la misma manera que le cree a otros sus barrabasadas. Cada cual cree según su grado de temor, yo, créanme,  perdí el temor.

Las horas del reloj que me quedan las pienso gastar a plenitud en compañía de a quien amo, sus parientas cercanas, mis hijos y nietos. También tengo amigos y muy buenos por cierto, a  quienes aprecio en la distancia y  con quienes también pienso pasar momentos inolvidables a futuro.

Me puse a pensar,  a filosofar,  escondido detrás de unas piedrotas mientras me fumaba la medicina. Eran inmensos dados de piedra  que una ves cortados y pulidos se convierten en grandes piezas de mármol y mi esposa estaba escogiendo el color de las vetas para alguno de sus proyectos que implican cientos de toneladas de esos dados grandotes.
Cuando me paré y me vi chiquitito en esa mina tan grande al aire libre me sentí como en un set de Hipnosis, famosa empresa de diseño gráfico de las memorables caratulas de Pink Floyd. En esas, precisamente, fue en las que me encontró el chofer, haciendo con las manos un encuadre y fotografiando en mi imaginación esos planos que en mi traba me parecieron surrealistas, andaba feliz de Dalí.
El chofer me dio una botella con agua y me entro de maravilla,  fresquita,  deliciosa.  Hay fue donde pensé que el mundo se acabaría por culpa de esas botellitas de agua, y que tarde o temprano costarían más que la vida. Créanme! Y que hacer con la puta botella de plástico vacía, cargarla, no la iba a tirar en medio de tremenda mina, créanme, por culpa de ellas nos estamos asfixiando todos, hasta las criaturitas.
Se ofreció llevarme, a  pasar un rato, a un gran set para cine, que había creado una empresa italiana Cinechitta o algo así, hace ya algunos años para filmar películas de indios y vaqueros,  en ese desierto tan bárbaro. Acabaron con las películas del Wayne, que luego supimos  tenia mas de india que de vaquero y del Reagan, que, como el de ahora, era un payazo del entretenimiento que actuando bien, llego a presidente, el mundo se merece su destrucción, créanme!
Cuando llegamos no lo podía creer, inmediatamente se me vino el silbidito a la memoria,  estaba en la calle en donde se mataron a tiros el bueno, el malo y el feo.


Es un pueblo fantasma,  de una sola calle empolvada y estructuras a cada lado asemejando un pueblo. Jugué en la taberna un póker imaginario, tome un sorbo de agua con sabor a whisky y  subí por las escaleras, con todos mirándome, muertos de la envidia,  llevando a la Gina Lolofrígida a que me diera un  baño en un barril de madera en un reservado. Soñar no cuesta nada sobre todo en un set.
Baje contento, limpito y hasta afeitado, la Gina desde la ventana me gritaba que volviera pronto qué allí estaría, con los brazos abiertos y las tetas al aire que había quedado fascinada!

Se oyó otra vez el silbidito y me tocó prender otro.

Me sentí dueño del pueblo fantasma y empecé a  caminar la calle central cual matón de película de vaqueros camino al duelo de la muerte. Así fue, me pegaron cinco tiros aunque tan sólo uno fue de muerte. Allí me vi,  muerto, tendido en un pueblo fantasma, en un set italiano en un desierto de Almería. Habían matado al bueno de la película.  Sólo quedaron los malos y los feos. Gina, que era buena, murió de pulmonía.
Para reponerme me tome varios vinos de verano que con el soponcio del bareto y el click  del vinito me pusieron a reflexionar mas profundo sobre la muerte, los malos y los feos y mi relación con ellos!
No hubo entierro, no había cuerpo y por nada del mundo iba permitir terminar como mis enemigos,  que aunque se habían muerto los hijoputas, su última morada había sido bajo tierra convirtiéndolos en lo que fueron  gusanos o lombrices y  ese no era mi destino,  el mío estaba en la ciencia adonde me había donado para el descuartice en una facultad de medicina o en pedazos a través de órganos servibles a otros humanos. El verme muerto me puso a pensar en los que quedaban, en los malos y los feos. También en si yo sería el único bueno y me acordé de tantos buenos, como yo, que pronto, como yo, moriremos. Es normal les repito, unos que nacen y otros que se van  y  la vida sigue igual. Créanme!
A los feos dejémoslos quietos, no tienen la culpa,  mientras sean bonitos por dentro, son de los míos, de los buenos y si están podridos por dentro pues son de los otros,  los malos, como en las películas de vaqueros, donde,  para mi, las únicas buenas eran las Indias sobre todo cuando las mostraban tan sólo en tapa rabo.

Me acordé del indio, el toro,  del llanero solitario, que cuando se quitaba el antifaz, quedaba todo apretadito, listo para  dejarse cabalgar por el toro. Como que no era tan solitario, las películas nos engañaban desde chiquitos créanme!

Me rei, me acorde de Tarzan y chita, pobrecita!!

Nunca es tarde para reconocerle a los buenos, lo bueno que hicieron por mi y  desenmascarar alguno que otro malo, como el llanero, que por alguna razón, me hicieron daño y al enterarse de mi muerte se alegraron.

Empecemos por los malos, que como buenos grises tienen muchos matices. El más oscuro,  gris ratón es Mario Sarasty o edgar como se llama hoy. Le tengo que dar gracias por la lección que me enseñó: nunca ayudes a nadie por lástima, porque apenas supera la lástima te apuñala por la espalda; sólo les contaré la última vez que le vi.
Estaba en Audiovision y hacia seis o siete años que no lo veía, desde que lo había botado de Fonovision. Estaba solo, en el cuarto de control trabajando los últimos detalles de una mezcla y cuando me di la vuelta, girando sobre el asiento, casi me da un infarto, el susto fue mayúsculo, estaba allí, parado como siempre de brazos cruzados, fue como ver un espanto. Superado el susto y si hubiera tenido una pistola de esas de los vaqueros seguro le habría descargado todo el tambor.
Lástima créanme!
No venía sólo, lo acompañaba otro ratón, con pinta oscura, como la de el. Entraron sigilosamente por entre el potrero. No estuvimos mucho tiempo, el suficiente para yo recoger las cintas y el caminar el estudio,  mostrándoselo a su amigo.
Salimos, me piden el favor que los acerque a Bogotá, digo que si,  pero qué antes tengo que pasar por mi casa. Vivía en una cabaña todavía más al norte que el estudio, en la calle 225 y bien adentro en la montaña. Cuando salí de Audiovision, vi dos automóviles parqueados a cada lado de la calle,  me extraño, por allí no parqueaba nadie. A mi casa llegamos en 10 minutos,  subí toda la montaña y entre como siempre. Advertí que tenía varios mastines napolitanos y para no tener que encerrarlos mejor no se bajaran del carro. Salimos hacia Bogotá, cuando llegamos a la portería de la urbanización volví a ver los carros aparcados a cada lado de la carretera, me extraño.
Los deje en Unicentro y continúe mi camino,  esperando jamás volverlos a ver.
Serían las cinco de la mañana cuando el teléfono sonó,  de la portería me advertía el celador que hacia  la cabaña se dirigían dos automóviles de la policía y un camión lleno de ellos,  que que estaba pasando, su hijo era cuidandero de la cabaña. Salí como pude a coger los perros y abrir el portón. Entraron como alma que lleva el diablo, sin medir palabras registraron y revolcaron la casa, no demoraron mucho era pequeña. Tampoco me  buscaban a mi,  iban detrás de los ratones.
Era el segundo susto mayúsculo que recibía en las pocas horas desde que lo había vuelto ver. Poca explicación me dieron, no se porque los buscaban, afortunadamente en la media hora que duró el infortunio, no pasó nada. Quién sabe en qué andaría y que peligro de raton. Al lunes siguiente, volvieron a  hacerme un interrogatorio, que no duró mucho pero me marco para siempre. Mario llamó a  advertirme que lo estaban buscando y  sin dar tiempo a explicación, le dije que lo sabía, que habían estado en mi casa y  que jamás me volviera a contactar,  que era un pájaro de mal agüero. Le quedo perfecto el nombre que le puso a su grupo, Los Ratones.
Cuando me entere que a Emilce la habían metido presa por narcotráfico en USA, pensé que Mario podría estar detrás de eso, mero chisme pero esta bueno, créanme!
Hablando de Donya Emilce esa es otra de las malas. Siempre me cayo gorda y termine de coproductor por culpa del Sarasty. No lo iba a dejar a el llevarse los honores, pues tocaba meterle la ficha a la gorda, que cantaba bien y hubiera sido gran éxito, créanme! No por gorda es de las malas, no era buena por dentro, tenia su picho. Cuantos llantos y borracheras. Cuantos músicos y arreglos costosos. Cuantas horas invertidas para nada. Nunca entenderé como pudo, después de tener prácticamente listo un álbum magistral, como ninguna cantante Colombiana se lo soñó, y viene y se embarca en el narcotráfico, desaparece presa. Por eso es de las malas, por haber hecho gastar tiempo y dinero para salir de mula. Ahora será monja y como todos, para todo manda bendiciones.
Me acabo de acordar de otro maloso, creí que era buena persona y así lo tratamos en mi familia, como a un buen amigo. Cenábamos y compartíamos mucho con el y Consuelo, su novia, en aquella época, yo con Clemencia mi esposa también de aquella época maravillosa. A Orlando Betancurt jamás lo volví a ver, ni a saber de el, fue mi gran mentor en la parte musical de mi carrera, mi admiración era absoluta y estaba convencido que sería un gran artista. Cuando Clemencia y yo, pensábamos en invertir en artistas de rock colombiano para nuestro sello Neon, OB & Company, fue el primero al que le pagamos todos los arreglos y músicos para su disco. Iba lento,  pero seguro, era a años luz el mejor y no escatimamos recursos ni horas de grabación para que su producción fuera lo mejor que pudiéramos dar entre todos. Su producción quedó prácticamente lista e incluso tengo en el baúl de los recuerdos algunas canciones terminadas. Nunca entendí porque, si pensaba salir del país, me hizo invertirle mi sueldo y el de mi esposa en un disco que no pensaba terminar o si pensaba hacerlo y quería que se lo regalara, me ha debido decir, se lo hubiera regalado, créanme!
Quien lo creyera,  el peor,  el más malo de todos era el que se mostraba como un manso cordero, un enviado del señor. Jorge Barco es un ladrón de cuello blanco,  ya todos lo sabemos y no hay que adentrar más en ello, ya lo está pagando como lo pagan los malos, como debe ser, en vida.
A Barco le deben, todos los músicos y productores de rock de esa época que las producciones que estaban haciendo conmigo se quedaran, como el mismo dijo: “entre el tintero”. Inmediatamente publicaron el disco robado de Ship, meti en la gaveta a todos los demás. Crash, Emilce, OB&company, Tranvia, Mochi, Leon del Toro, Ossa, A.Ramirez, Alexei, Kokoa y algunos otros que también tenían algunas cosas grabadas se quedaron a medias. Mi intención era ir publicándolos poco a poco, a medida que los terminara. Tenía que tener a varios para montar mi propio sello, Neon. El robo de Barco, y el poco interés en comprometerse conmigo contractualmente, hizo que perdiera el interés y se fuera al trasto la ilusión.
Bastante tuve con tener que regalar, la otra producción que tenía lista, Flippers, para no comprometer mi buena amistad con una gran persona como es Arturo Astudillo. Otro de mis mentores  en cuanto a  producción musical se refiere, siempre estaré infinitamente agradecido con Arturo, junto a él pase grabando prácticamente 10 años de mi vida.
Con Arturo Astudillo entramos en la otra cara de la moneda, los buenos, aquellas personas  por las que siento un agradecimiento especial y  que no quiero que mueran sin antes decirles que los aprecio,  así no los vuelva a ver nunca, quiero dejar constancia que  son grandes personas y que pase lo que pase; lo que habrá de pasar, todos moriremos, pero antes que sepan que los quiero,  créanme!
Procuraré que no me falte ninguno y si considera que debe estar en la lista,  póngase! Y si es de los buenos le hago su alago, si es de los malos le mando su totazo y si es feo, pues de malas!
Viajare en el tiempo y como esto solo tiene que ver con mi pasión y profesión dentro del mundo audiovisual, los iré recordando poco a poco, son con los que  vivi alguna experiencia audiovisual.
Por allá en 1964, en un bar que se llamaba la Gioconda, conocí mis primeros tres amigos dentro del rock nacional. Miguel Durier, Miguel Muñoz y Guillermo Guzman abonaron bastante a mi pasión. Sus guitarras eléctricas fueron las primeras que vi en mi vida, me dejaron acariciarlas y hasta tocarlas. De Miguelito tengo  los mejores recuerdos del final de mi infancia.
- Niño Pecos, me gritaba alguna de las muchachas, si ya terminó de hacer las tareas puede bajar, llegó el señor Miguelito. Ya les preparo las onces! Sanduche de queso en la waflera y Milo en la licuadora, bien negrito, como mi hermano, asi, siempre lo pedia. Nos encerrábamos todos, incluso las muchachas y mis hermanos a ver el programa de televisión “Shindig” con lo último en conjuntos Ingleses, nuestros ídolos y luego, nos  poníamos a cantar, bailar o imitar a los Herman Hermits. Fue el primer “mechudo” que entró en mi casa y todos lo queríamos mucho. Luego  continuaba su camino a ensayar con los Flippers.  Muchos años después, cuando estaba produciendo el disco de los Flippers “ Llegaras” fue invitado por Astudillo a participar en algunas canciones. Fue un honor para mí,  compartir, con un amigo de infancia, la experiencia de crear música. Miguelito, por alguna razón, siempre andaba a toda velocidad por eso se adelantó y fue de los primeros en llegar a la dimensión desconocida. Llevo un “Miguelito Durier” en mi corazón, así fue su impronta en el final de mi niñez .
A Miguel Muñoz,  lo he visto esporádicamente, alguna ves hicimos un programa de televisión y guardo por el un profundo aprecio, lo mismo que por el marciano,  Guillermo Guzmán, mis  primeros amigos músicos. Con Marciano, grabe un proyecto, “demo” de rock progresivo y fue el actor principal en un “corto” de Clemencia Liévano, para la universidad, donde nos divertimos mucho. Me presento la música de Jaco, Miles, Chick, Herbie, Brecker y muchos mas enriqueciendo mi pasión, gracias!
Sali del país, por seis años, los pase casi todos interno en un reformatorio en el sur de España. Regresé directo la universidad a estudiar Comunicación Social.
Estudiando y en la clase de radio me tocó hacer las prácticas en la emisora Horizonte, donde tenían un programa de rock Edgar Restrepo y Gustavo Arenas. Por Edgar volví a reencontrarme con Miguel Muñoz y Guillermo Guzmán, quienes acompañaban al grupo Génesis en sus presentaciones y Edgar fue uno de sus fundadores con Humberto Monroy a quién conocí en mi infancia en la Gioconda,  donde tocaba con los Speakers. A “Edgillar” le debo mis primeras grabaciones para Angelita, Cíclope y Contrabando. Me dio mucho pesar,  cuando me enteré  que  un camión lleno de mariachis lo había atropellado y mandado a la dimensión desconocida. Se que te lo he debido decir antes de tu partida, pero nunca es tarde, 1000 y 1000 gracias.
Gustavo Arenas y su familia, desde aquellos diciembres, han sido personas que me han brindado afecto y tendido la mano, se los agradezco. Tuve el privilegio de conocerles  y grabar el disco espías malignos a Darknes, gracias al doctor Rock quien valerosamente, en un momento en el que nadie daba 5/100 por el rock nacional, decidió invertir en la producción de  ese disco,  que dio aliciente al cadáver que era el  rock nacional, ayudándolo a resurgir. Fue una experiencia importante en mi carrera.
Por Edgar llegue a Armando Plata.
A Armando Plata si que le tengo aprecio, admiración y cariño. Hace poco le dieron un reconocimiento a toda una vida en la radio, yo hoy,  me uno a ese reconocimiento pero en mi vida. Aprendí de televisión, fui su asistente en un programa, en vivo, diario, de música y  me lo valieron como práctica de televisión en la universidad. Productor de un disco de Trafico y yo el Ingeniero de grabación. Tuvo la visión de poner juntos a un ruso, a Blue Martínez y otros a cantar y tocar, mientras los dirigía, para poder producir un disco interesante que quedó para los anales del rock nacional. Por décadas  fuimos rivales en squash, deporte que desde ese entonces practicamos por toda una vida. Armando fue el promotor más grande de los artistas de Neón. Los pasaba en la radio y les hacia videos.  Conoció, al detalle, todos los discos que yo estaba produciendo. Más adelante cuando me dedique a producir videos fue el locutor de prácticamente todos. Nos vemos esporádicamente y siempre le reitero mi aprecio, admiración y cariño. Ya es hora de volvernos a ver, antes de morir…

A Mario Garcia, lo conocí gracias a Edgar Restrepo cuando estábamos haciendo las canciones de Angelita. Llegó con Carlos Cardona y Fernando Reyes al estudio donde estaba haciendo las prácticas de audio. Grabamos algunas canciones y desde ese entonces le tengo un especial cariño. Asistí a los ensayos de Cascabel,  más delante de Tribu Tres y siempre ha sido un buen amigo, dadivoso y espléndido. Gracias Mario  y pronto nos tomaremos unas polas como en los viejos tiempos.
Aquí aprovecho para decirles a todos los integrantes de esos dos grupos a lo largo de su historia, mis compañeros, porque era parte de los ensayos y presentaciones que también lo recuerdo con cariño, Carlitos, Javier, Tico, Caliche, el pato, Hernando, los pianistas que iban y venían, en fin, un recuerdo a Ruth, la Americana, era una gran familia y todos participábamos positivamente de las experiencias, hacíamos hasta conciertos en el patio y los filmábamos, teníamos grandes ilusiones, gracias a todos!!

Hernando Becerra
Un amigo del alma,  lo conocí cuando hacia las prácticas de audio, recién graduado, y participó activamente en el “demo” progresivo, que estábamos haciendo con el marciano,  Vela y Barco. Fue gracias a su padre, que nos prestó un sintetizador ARP 2600 ( hoy una joya),  un órgano y un  piano eléctrico que lo pudimos hacer. Allí nació una gran amistad, continuo con Crash, Tribu Tres, Mango… E infinidad de grabaciones, como la de Billy Preston, mis jingles, cabezotes de programas para televisión y muchas improvisaciones… hace mucho no lo veo,  pero la última vez fue memorable.  Hacía un par de años que no lo veía y le caí de sorpresa. Había montado un estudio en su casa y me mostro sus producciones. Me puso bases de canciones interesantes y cuando pregunte quien las iba cantar caí como Condorito, Andrew Oldham. Sonó el timbre y entro Mr. Oldham, tenía su turno para poner la voz. Pase, con ellos dos, toda la noche viéndolos trabajar, opinando con discreción, si así me lo pedían. Noche maravillosa en donde me di cuenta que el alumno había superado al maestro,  mi amigo del alma produciendo, a quien fuera el primer productor de los Rolling Stones. Salí feliz! Déjeme darle las gracias,  mi querido Hernando, desde el fondo de mi corazón, por los inolvidable momentos compartidos.
Aprovecho y mando a Andew un saludo, con el tuve la buena experiencia de grabar un disco para el grupo Oxigeno; con ellos retome el amor a grabar por gusto, por querer estar ahí y trabajar para crear como única satisfacción.

Así llegue a Fonovisión, el estudio de grabación que logre construir gracias al aporte financiero de seis visionarios colombianos, a quienes les agradecí en vida,  cuando nos reunimos a traspasar las acciones. Para todos  fue un buen negocio y a la final, el único que perdió fui yo, no logré mi cometido de producir música rock, jazz o  fusiones colombianas qué era lo único que me interesaba, aunque por otro lado,  logré mantenerlo abierto por 8 años, gracias a las producciones que hacían, Arturo Astudillo y Diego Delgado todas las mañanas. Muchas gracias para ti Diego, tu meticulosidad y dedicación en tus producciones me enseñaron mucho.
Prácticamente todas las tardes de esos 8 años, los productores fueron Alberto Nieto, Kique Fernández y  Mario Cuesta, con quienes hicimos cientos de discos de señoras cantantes, baladistas y pistas para televisión. A los tres los recuerdo muy bien, como si fuera ayer y no me cansaré nunca, pero nunca nunca de decirles gracias.
Willie Salcedo, fue el percusionista de prácticamente todo lo grabado en Fonovisión, tanto para neon como para todas las otras producciones, 8 años grabe sus congas. Lo recuerdo con aprecio.

Aquí voy a meter dos muertos, uno bueno, otro malo. Se que no lo pueden leer,  están en la otra dimensión, lo escribo para que lo lean otros, los que quedan vivos.

Gabriel Rondon era de los buenos, un caballero y un guitarrista formidable. Desde que lo conocí, cuando hacía mis prácticas de audio, y junto a Guarin, en piano y Aguilera en batería, no me acuerdo quienes mas,  me dieron la lección más grande de jazz latino, me iniciaron, después de esa grabación nunca volví a ser el mismo, me hicieron sentir profesional, gracias a todos.
A Rondon lo continúe viendo por los años en que estuve en Fonovisión, compartimos muchas horas de grabación e incluso tengo demos de sus canciones que quería arreglar y producir.  No sé porque se fue,  pero me dolió,  le tenía cariño, nunca olvidare  su figura con su sombrero y los guantes. Ah y su talento!
El tal Jimmy Salcedo era de los malos, siempre me cayó mal, y el tal culebro peor. Detestaba  la música de esos “sckeches” que me tocaba grabar, lo hacía por plata, por llenar el sábado desde temprano hasta bien tarde que salían, casi todos tocaban en un bar de Jimmy que se llamaba Subway,  que quedaba en los bajos de una casona en la calle 70 . Durante todo el día se hacían pistas y la pasábamos trabajando. Apenas llegaba Jimmy, empezaban los roses y los pases. Se iba transformando, poco a poco, en un ser energúmeno al punto de poder ser peligroso. Tengo pésimos recuerdos de las grabaciones con Jimmy; para que pagará el último viernes de cada mes, como se comprometió, era un show. Un día decidí no grabar si no pagaba y no me pegó porque no me alcanzó. Lo más raro de todo es que no lo volví a ver por varios años. Una noche que fui a Coco Loco, el bar de León del Toro, estaba allí. Departimos, a puerta cerrada, con varios músicos más hasta bien tarde, nos perdonamos, quedamos en volver hablar para volver a grabar y ese fin de semana entró en coma.  Me impresionó. Debe andar persiguiendo algún diablillo para darle una trompada por cualquier cosa, porque cante aunque no cante o le cobre lo que debe. La vida da muchas vueltas créanme!

Ya me quite los muertos de encima, volvamos a los que todavía están vivos, a los que todavía pueden recibir mis agradecimientos y aprecios.

Muricio de Vengoechea, es sin duda, el mejor de los buenos. Lo conocí cuando empezaba a traer artistas internacionales en los 80’s. Durante los años que estuve en Fonovision fue el mejor cliente del equipo de amplificación; casi todos los fines de semana amplificábamos un concierto, la lista en casi infinita. Cuando los artistas empezaron a ser mas grandes y mandaban exigencias técnicas complejas continúe a cargo de los “raiders” que mandaban y ponía todo lo exigido junto uniendo varios proveedores de equipos de amplificación para poder cumplir con los requerimientos.
Fueron 15 años consecutivos de conciertos, eventos, convenciones y videos, que compartí con Mauricio, Camilo Archila, Adriana Tribilcok, y Alvin, quienes conformaban  la empresa Asesores en Eventos. A todos muchas gracias!
Asesores en Eventos evoluciono tomando un nuevo rumbo, asesorar y montar campañas políticas. Mas adelante se disolvió y cada uno monto su propia empresa de asesoramiento de eventos menos Mauricio que se dedico exclusivamente al manejo de imagen y asesoramiento a políticos.
Gracias Mauricio, padre y señor mío por los favores recibidos.

En las noches de Fonovisión aparecían las estrellas y luceros, los había de cola, estaban siempre allí, y los había fugaces, iban y venían según se necesitaran.

Había una constelación especial, la de los bandidos, como ellos mismos se llamaban. Eran curtidos músicos de rock colombiano que se habían especializado en los estudios de grabación, son buenos lectores musicales que además aportaban a las partituras su creatividad. Lisandro Zapata en el bajo, Alexei en guitarra y Mario Restrepo en batería fueron los músicos base en casi todas las producciones, por lo que compartí más de cuatro años de intensas grabaciones, hasta que se fueron también. Los  recuerdo como si fuera ayer, “Orly” en el piano y dirigiendo, los Bandidos concentrados tocando y yo, al otro lado del cristal, feliz oyéndolos!
Nunca los olvidaré, sobre todo a los hermanos Restrepo con quienes inaugure Fonovisión junto a Eddie Kramer.

En esas noches estrelladas, aparecían los luceros, Crash era uno de ellos. Martelo, El Sardino, Ernie, Randy y Carlitos conformaban ese estelar grupo, siempre con algún invitado también estelar. No sé si los vuelva a ver, pero no quiero morir sin reconocerles mi aprecio. Lo que hicimos, lo hicimos por amor…

Alberto Ramírez y sus amigos,  León del Toro y los suyos, Tranvía, Kocoa Y tantos otros que se me escapan, también quiero agradecerles los momentos felices que pasamos, cuánta música y diversión, gracias por alegrar mi pasión!

Tengo cuatro amigos especiales, con los que compartí muchísimas horas de grabación y producción. Cada uno de ellos se sentó por primera vez detrás de una consola de grabación profesional estando a mi lado, mientras les pasaba poco a poco los conocimientos técnicos que necesitaban para que pudieran volar por el firmamento de por vida, como sucedió y me siento orgulloso de mis pupilos,  que hoy brillan con luz propia:
José Ignacio Villegas,  el gordo, fue mi asistente de grabación por siete años. Luego pasó hacer un reconocido DJ. No vuelto a saber nada de el, le deseo lo mejor.
Peter Schoeder. Participó en muchas de mis primeras grabaciones como asistente, además de producir sus propios discos. Suerte Peter, lo recuerdo con cariño.
Adolfo levy, mi querido Mono, por usted no existe mas que admiración y cariño. Inolvidable la cantidad de horas que pasamos mezclando los artistas de Neon.  Hoy todas esas cintas son cadáveres en el baúl de mis recuerdos, pero lo hacíamos con la convicción de que estábamos apostando y aportando a nuestra pasión,  el rock nacional y la música en general. Nada es perdido en la vida,  créame! Nos vemos pronto,  ojalá en Málaga.
Bernado Ossa, muchos años han pasado desde que nos conocimos, cerca a cincuenta; muchas historias y aventuras. Conciertos y grabaciones; risas y emociones. Infinito aprecio y agradecimiento por tantos detalles, desde el diseño de logos para mis empresas hasta ayuda para amigos músicos necesitados de productor, por amor al arte. Pronto nos volveremos a encontrar, créeme!

El ultimo musico que conocí y se convirtió en buen amigo es Camilo Montilla. Fue en la ultima grabación que realice por amor al arte, por creer en nuestros músicos y la pase muy bien, gracias también por los detalles recibidos y creer en mi para tus consultas acústicas.

Hace muchos anyos me sali del audio, del video y de la música. Hace poco me retire formalmente de cualquier acción que me causa esfuerzo y ahora, por fin, podré morir con tranquilidad, ya les dije a los que quedan y les tengo aprecio, que los aprecio y a los llaneros solitarios que quedan sueltos, con el antifaz que pronto tendrán a su toro bufando en la nuca.


Tan injusta que es la vida, 
mentiras, 
los injustos son los humanos ,
créanme!