viernes, 22 de febrero de 2019

Mendigando reconocimiento.

Mendigando reconocimiento.

En  el Facebook, me encontré con un señor que anunciaba que estaba nominado o se había ganado un Grammy, no tengo ni idea en qué categoría ni porque. El anuncio  me emocionó no sólo por el, también porque le daba las gracias a Audiovisión y como fui yo el que  construyo ese estudio me sentí, en mi fuero interno, complacido. 
Inmediatamente felicite a Stefano, debe ser muy agradable y es importante ganarse o estar nominado en ese certamen mundial, ojalá no haya sido ni por rageton ni vallenato, me desilusionaría que en mi bebe hayan engendrado un bodrio. Aproveche para pegar un link que había escrito en este mismo blog meses antes donde hacía alusión a los 40 años de Fonovisión, hoy Audiovisión y  en lenguaje soez añadía que de no ser por mi, nadie se hubiera ganado ni mierda. 

Al día siguiente  brinco, como cabra loca herida, un  lambon que me decía “Enrique te siento mendigando reconocimiento…”  procedía a destacar el talento y la creatividad sobre los estudios y que no reviviera peleas de hace cuatro décadas. Al principio se me hizo jovial la fina y editada respuesta, se notaba que le había tocado editar varias veces las palabras para que fuera dulce y mordaz. Respondí en caliente, solo reiteré mis felicitaciones al nominado y un cordial saludo para el lambon, también dije que no estaba resucitando peleas, no soy ningún Jesucristo, las peleas nunca han muerto, han muerto los enemigos y que gracias al Internet podía difundir mis historias de  ratones, ladrones, mentirosos, miserables e hipócritas, los que quedan vivos, porque viejo y retirado eso es lo que me sale de los cojones hacer. Procuro que me queden bien para que al que las lea, no le lleguen con errores garrafales, el resto me importa poco…

                                     El mendigo Aqualung

Primero fui al bar, me preparé en un gran copón lleno de cubos de hielo bien secos un gin & tonic de cocombro de la huerta (hasta el trago lo tomo saludable), luego me dirigí al botiquín, que al igual que los vinos costosos deben estar en su cava, la marihuana medicinal debe estar bien clasificada y nunca al alcancé de los niños en la nevera. Escogí una del terreno, la que cultiva en macetas el jardinero y todos los años cosechamos, del dos mil dieciséis, decía sativa y buena para el sarcasmo.  Soy el que las clasifica, les doy el nombre  y les tengo su propia neverita, como la de los buenos vinos.
Armado de trago y medicina salí a la terraza, me acomode y puse a buen volumen Aqualung, el álbum de Jethro Tull , me sentí identificado  con el viejo mendigo de su portada, porque yo también había sido mendigo.
En las tardes de invierno cuando el cielo está bien despejado, armado espero el atardecer, viendo África a través del Mediterráneo, los colores del día morir, los cruceros partir y desear que todos los niños que vienen en pateras logren cruzar así sea a mendigar, porque como les digo, yo también fui mendigo, me alimentaba del Rock  & Roll.

Entro en acción la medicina y el trago se acabó, voy por otro, les cuento…
Esta historieta se inició por una  respuesta que puso un lambón a un comentario mío sobre Audiovisión y me acordé perfectamente de él, del porque que me conoció, de las circunstancias en que me conoció y que tenía toda la razón, en ese momento yo era un mendigo, andaba mendigando poderme tumbar en un sofá cama a cambio de trabajo, mientras me reponía de  circunstancias adversas que me puso la vida por ser  rebelde sin causa, no comer callado y gritarle al viento las injusticias de la vida. Mereció la pena; ser mendigo lo estrella a uno contra la realidad, contra el hambre y el frío, con la propia soledad del alma y toca reaccionar rápido y con desespero porque lo puede hundir a uno. 
En diciembre de 1990 ya Fonovisión había cumplido 10 años y Audiovisión llevaba uno, a ambos les puse su nombre, los bauticé y 40 años más tarde me sigue alegrando  qué esté bien y maduro, que en el  fecunden  Grammys.
Alega el lambón, que no es gracias al estudio donde se grabe la galardonada canción, sino gracias al talento de las personas a quién se los dan, obvio. Los McLaren y los Mercedes-Benz no ganan solos, es gracias a la destreza y talento del piloto, quien sube al podio, recibe el premio, destapa la champaña y agradece a su escudería. Sabe que nunca hubiese podido competir en esa categoría si no tuviera un auto confiable donde desplegar sus habilidades, por supuesto que se han dado casos que en un estudio de garaje o en un apartamento se gesten triunfos, no de esa categoría, es como decir que un Renault 4 engallado pudiera competir en una carrera de fórmula uno. Que pesa más el coche o el piloto, que le pregunten a Alonso…
Fue allí donde lo conocí, en un apartamento de un rico al que le salía más barato tenerlo encerrado fumando, como puta presa en un cuarto, arreglando canciones de amor para practicarlas y luego ir a un estudio profesional. 
Café  Express, era el nombre que Álvaro Gaviria le había dado a sus producciones. En Audiovisión, había alquidado el estudio para mezclar su primera producción y como era el único ingeniero, me toco. En teoría traían todo listo; lo habían ejecutado en ese apartamento, pero cuando lo escucharon a través del sistema profesional se dieron cuenta que les tocaba, prácticamente, hacerlo de nuevo. Desde ese momento la dirección técnica de ese disco estuvo a cargo de Juan Antonio Castillo, la producción de un argentino y  todos quedamos muy contentos sobre todo yo que aprendí, fue la primera vez que participe en el encadenamiento de grabadoras, consolas y sintetizadores gracias a programas que había adquirido para Audiovisión, comprobé que toda esa cantidad de cabezotes de sintetizadores y el computador servían.
Después de hacer 10 álbumes consecutivos, hastío e hipocresías me encontré en la calle. Afortunadamente a la cabaña, con techo de paja donde vivía al norte de Bogotá, le cayó un globo encendido y quemo un pedazo; pude entregársela al dueño sin cumplir el contrato, no existía razón para vivir allí si no iba a trabajar cerca, es mas, no tenía trabajo, jamás volví a Audiovisión, preferí ser un mendigo digno que un hipócrita; no volví ni por las migajas de mi propio sueldo, preferí lanzarme a la mendicidad. Regalé todo lo que pude y lo poquito de valor lo metí en una bodega de trasteos Rojas. Mi último trabajo dentro de Audiovisión, fue hacer unas copias de la cinta digital a cassetes del disco de Café Express. 
Cuando comente a Álvaro Gaviria la situación en que me encontraba mientras entregaba los cassettes, en tono de alivio me ofreció no sólo el sofá cama que tenía en su aparta/estudio si no la posibilidad de ensayar con el todas las noches las canciones que le estaban arreglando en un cuarto. Así fue como nos conocimos yo mendigando el sofá cama y el arreglando canciones. 
Desde el momento que el ascensor abría sus puertas uno sabía que estaba allí encerrado, por el intenso olor a cigarrillo, no abría las ventanas, según él, se resfriaba. Cuando se abrio la puerta  del cuarto la escena era lúgubre y patética. Un bombillo trataba de iluminar la habitación pero el humo se lo  impedia,  el cuadro parecía una acuarela que muestra un pianista oscuro, en la esquina del cuarto, con un cigarrillo en el cenicero por allá en New Orleans. Afortunadamente no me dio  la mano, el contraste con las teclas blancas de los pianos mostraban unos dedos amarillos,  llenos de alquitrán dando la impresión que se había rascado quién sabe dónde y no se había lavado las manos, tampoco era oscuro, todo lo contrario. 
Dicen que la primera impresión es la que cuenta, me imagino que tendrá la del mendigo del sofá cama,  la mía es la acuarela.

Cayó la noche, destapé una botella de cava también del 16, le di mate a la chicharra del 16, me re-acomode y salí a ver las estrellas, compartir con ellas y el baño de luna creo que me rejuvenece. Me siento estrella y no estrellado. 
Se acabo Aqualung, seguiremos con el Banquete de los Mendigos, 
de los viejos Stones… y seguimos en esas!

Mi canción preferida, sera por aquello de los mendigos, a veces me sobraba hasta para el diablo en mis banquetes de pordioceros.

A la mañana siguiente temprano recogí el sofá cama y salí corriendo. Todavía no sabía que ese día, también seria la última vez que haría de ingeniero de sonido para conciertos, labor que venía  desempeñando por los últimos 10 años y era parte importante de mis ingresos, se hundiría todavía mas  el mendigo?
Unos meses antes había sido el ingeniero de un gigantesco concierto gratis en la playa de Santa Marta, para el lanzamiento del disco Pop, de Carlos Vives. Recuerdo esa noche con cariño porque todo salió perfecto, la banda era de Puerto Rico y sonaron super rico,  fue memorable. Fue uno de los conciertos más grandes que tuve a mi cargo,  junto a la luna verde en San Andrés por años.
Esta noche seis u ocho meses después,  volvería a hacerle el sonido a Carlos Vives, esta vez de vallenatero de provincia. El cartel era Niche,  Guayacán y Vives en el Coliseo cubierto de Villavicencio. Cuando llegue a la consola estaba todo listo, llevaba trabajando con el señor Acuña y sus hijos muchos años por lo que sabían mi gusto, batería y percusiones en los primeros canales en la izquierda, instrumentos en los canales del centro y voces a la derecha, asi también grababa. El grupo niche estaba listo, se hizo  la prueba de sonido con ellos y todo quedó perfecto. Guayacán por ser una orquesta similar y por haber hecho un disco con ellos recientemente tampoco presentaron ningún problema, sonaron super bien y super potente, uno tras otro sin interrupción.  Cuando le toco a Vives todo fue un caos,  batería, guitarra acústica y electrica,  flauta,  acordeon, caja, bajo y teclados, mas coros y checheres. En pocas palabras hicimos la prueba de sonido y el concierto simultáneamente, después de llevar tres horas con las orquestas anteriores. A los 15 o 20 minutos ya estábamos estabilizándonos cuando empezaron las peleas en el escenario porque unos no se oían y otros no querían oír lo que estaban oyendo en los monitores.  Jamás en los 10 años que llevaba haciendo conciertos había sentido el desespero de no poder hacer nada, poco a poco se fue arreglando todo y llegamos al final, cuando empezaron a exigirme que le subiera más a la voz de Carlos, yo decía que estaba bien, estábamos al límite de pitar cuando se subió alguien a la consola, trato de subir la voz y el sistema pito duro y largo. Estábamos al puro final en la despedida prácticamente, deje la consola en manos del intruso, me baje del andamio,  salí del coliseo,  cogí un velotax a Bogotá y al llegar al aparta estudio, me comunicaron que si quería me podía ir inmediatamente para Cartagena, como todos los años,  para una convención de Colgate,  donde fuera de las conferencias, eventos y  fiestas, también tendría un concierto privado en el fuerte con La Gaviota, niña Menchas, una gran orquesta y mariachis. Fue una noche inolvidable, llena de estrellas y seria prácticamente el ultimo concierto que haría por muchos años. La convención, como todos los años, me sacaba de la pobreza absoluta y cuando terminaba, me iba donde un amigo de la infancia, en las islas del Rosario, que tenía un acuario y alquilaba cabañas. 
Cuando regrese, al cabo del mes y medio, otra vez me estrelle con la realidad, el mendigo volvía a su sofá cama, a cambio de ensayar y grabar en un aparta- estudio.
Todo era de juguete, una consolita para niños, una grabadora barata y unos teclados que nadie se atrevía a tocar,  estaban amarillentos.
Anduve de  mendigo por varios meses, me tocó en ese cuarto grabar unas pesadillas, un demo de un cantante de salsa que quería incursionar en la balada pop de apellido Coronel, una cantidad de canciones para Edna Rocío una simpática cantante colombiana,   bajo la dirección del profesor de canto de Álvaro Gaviria, (no me acuerdo como se llama) y el lambon en  teclados. El mismo señor dirigió las voces en el segundo álbum de Café Express, la vida me favoreció, el angel de la guarda volvio y termine la mendicidad, un día ya no tuve que volver al sofá cama, ni al aparta estudio infectado y como buen mendigo, me desaparecí, nunca volví pero cumplí, grabe por los meses que necesite el sofá cama, sentí lo que es la pobreza y la tortura.
Toco reinventarse de nuevo, conseguí trabajo en dos programas de televisión que me  ocuparon de tiempo completo, uno de rock, RCN Rock "en vivo", donde después de hacer los 13 capítulos contratados se acabo y el show de Xiomi, con la que además hice cientos de presentaciones para niños en parqueaderos.
Cuando café express termino su disco, desmantelaron el aparta estudio, Pablo Tedeshi, salio del cuarto fumando, se llevo sus teclados y algunas maquinas, nunca jamas volvi a saber de el, hasta ahora que apareció. 
Si creiste Pablo Tedeschi que me ibas a llamar mendigo y me iba a quedar callado te equivocaste lambon.
Si fue una ligeresa de tu parte, te perdono y te invito a roscon, pero si tienes algo conmigo a la salida nos vemos, después de clase de religión y urbanismo, que bastante falta me hacen.
El señor este con vosotros…
Pablo, los reconocimientos los tengo de facto, con respecto Audiovisión, escribí el proyecto, conseguí los socios que pusieron la plata, busque y contrate al arquitecto,  los constructores, elegí todos los acabados y compre los equipos hasta que salí. Fui el que lleve a Storyk, Margalouf, Rothstein y Kramer, para que me asesoraran y hoy cuatro décadas después sigue estado a la cabeza de los estudios en Colombia, era de avanzada y bastante. Si no lo hubiera concebido nadie hubiera conocido un estudio profesional a la altura de los mejores en el mundo y nadie hubiera ganado ni mierda, en aparta estudios no se hacen grammys por mas talento que se tenga, para eso se requiere estar en un estudio profesional. El resto de reconocimientos me los han dado los alumnos a los durante tantos años les di clases, en las encuestas de final de curso siempre me reconocieron como un buen profesor, eso es mas grato que lo que llamas mendigar reconocimiento ah y mis hijos que han reconocido que a pesar de las inclemencias del tiempo, siempre estuve pendiente.
Si!! 
Considero que me deben dar un reconocimiento, quiero un busto!
Te cuento, uno de viejo se conforma con poco, pero lo quiero grande,  me refiero al pedestal el resto te lo dejo a tu gusto!
Cordial saludo
Un mendigo acomodado.