viernes, 14 de abril de 2017

3. De regreso en Bogota

Bogota, Enero de 1970.

En 1970, cuando regrese, Chapinero ya no era lo mismo. Bastaron 6 años para que todo cambiara. La avenida Caracas, con sus arboles y jardineras centrales no existían, los andenes invadidos, la calle 60 ya sin “La Bomba” y sin los hippies que se habían trasladado detrás del recién inaugurado Hilton en la 34, afortunadamente para el comercio, pero dentro de las reminiscencias quedaban algunos personajes que murmuraban, cosa, cosa, cosa!
De regalo de grado recibi una grabadora y un toca discos, un equipo de sonido marca Quad, ingles, en un baúl con su amplificador potente, su preamplificador con tonos y balances, varias salidas de audio para grabadoras, su tornamesas con balances en el brazo y dos parlantes de tres vías que también hacían de tapa al baúl. Aparte venia mi primera grabadora profesional, marca revox, con carretes para cintas grandes, como las de las emisoras y los cables para grabar y reproducir a traves del Quad.
Durante mi primer año, en Bogotá, fui el dj de la discoteca Pussycat los viernes y sábados. Se ponían tandas suaves para el amacice con baladas de Carol King, Roberta Flag, Elton John… en chucu chucu, Nelson y sus estrellas, la Billos y los Melódicos eran los de ese momento y para el baile suelto, soul de James Brown, Sly and The Family Stone, Los Jackson 5 y Aretha Frankling, además de lo que estuviera pegado, como Eric Burdon and War, Ossybissa o el jingle alargado de Harold de pilas Everready que servía para bailar.

La primera vez que trate de grabar un grupo fue desastrosa. Clemente, asi se llamaba y era un grupo de la Universidad de los Andes, con Juan Carrillo en la guitarra, Antonio Soriano en bajo y voz, Roberto Pérez, mi primo y por el los conocí, en guitarra, Jaime Córdoba batería y, creo que, Eduardo Samper en el piano. Tocaban en el auditorio de los Andes y me ofrecí a grabarlos pero lo que produje fue una retroalimentación ( feed back) insoportable, pero aprendí la razón de la falla y luego fueron muchos los ensayos de grupos que grabe hasta en las mas adversas situaciones, alguno tenia que ser el primero. Clemente se acabo inmediatamente y mas adelante Juan Carrillo y Jaime Cordoba formarían La banda Nueva.
Los Flippers era el unico grupo que continuaba vigente, sacando discos al mercado y el Marciano continuaba mutando su banda y tocando cada ves que podia.
Pocos sitios había donde se podían presentar las bandas, de ves en cuando, hacían conciertos el el Cataluña, un teatro en la séptima con 56 o en el teatro Nacional, en el centro, donde se presentaban:
La Columna de Fuego con Roberto Fiorilli, La Planta y Malanga de Augusto Martelo y Chucho Merchan, Terrón de Sueños, La Gran Sociedad del Estado, Los Flippers, Carne Dura, Contrabando….

La película de Woodstock, cuya banda sonora fue grabada, mezclada y producida por Eddie Kramer, se seguía presentando con éxito, pero llegaría la de Joe Cocker and the Mad Dogs & Englishmen que por primera ves llenaría funciones durante largo tiempo, dando como una nueva esperanza para que en Colombia pasara algo, algo que no paso y tan solo empezó el surgimiento de grupos con sonidos autóctonos, mas que todo del sur, el rock cayo en decadencia y prácticamente desapareció.

Entre en la primera promoción de Comunicación Social en la universidad Tadeo Lozano, facultad que se creo en 1972.
En el segundo semestre, en la cátedra de radio, dentro de los proyectos, quería hacer un programa sobre el maestro Rafael Puyana con la voz de Otto Greffestein. El profesor me dijo que no estaba a su alcance ese proyecto pero podía hacer practica en un programa en la emisora Horizonte sobre rock dirigido por Edgar Restrepo y Gustavo Arenas.
Edgar Restrepo era ejecutivo de Phillips Colombia y manejaba el catalogo de las compañías  de discos  europeas. A su cargo estaba la programación y promoción de lo que consideraba vendería en Colombia al tiempo que tenia que producir algún producto nacional ya fuera una balada de Angelita o un grupo como Contrabando donde  tocaba batería.
Contrabando era un buen grupo de blues, El “gordo” Stanley, un guitarrista americano, tocaba perfectamente las versiones de los grupos, cantaba muy bien y en un ingles perfecto por lo que eran atractivos y agradable verlos; los temas les quedaban iguales, se sentía uno viendo a Canned Heat, Cream, Cledence. En el bajo estaba Mario García y algunas veces se presentaba “Blacky” en la armónica, un personaje, también americano que vestía copiando a Jimmy Hendrix. Pero a Edgar se le reconoce como el pionero de Génesis junto con Humberto Monroy.
Gustavo Arenas es un periodista informado sobre la historia y el acontecer del rock en Colombia y el mundo, además, fue el productor ejecutivo de los dos discos que con mi producción e ingeniería grabe con Darkness, grupo colombiano en los años 90.
Génesis, en 1973 ya tenia varios álbumes en el mercado y sobre todo varios temas pegados en radio como “don Simón” y “Como decirte cuanto te amo” (cover de Cat Stevens) por lo que se esperaba un gran concierto de ellos.
Edgar, vivía en Cota, a donde llevamos su batería después de grabar con Contrabando un sencillo para Phillips;  quedamos en vernos para grabar los ensayos de Génesis para un próximo concierto y gira que estaban negociando con un publicista y locutor Armando Plata Camacho.
Deja Vu se conoce como la sensación de estar en una situación que ya se ha vivido y se repite de forma diferente. Humberto Monroy, Miguel Muñoz, Guillermo Guzmán “ el marciano” y Tania Moreno estaban juntos, como cuando los conocí en “La Gioconda” 10 años antes (faltaba Durier), con ellos estaba Juan Fernando Echevarría en flautas y su esposa en percusión. Fue grato volver a verlos y volví a los ensayos durante algunos fines de semana. La negociación para un gran concierto se cerro, se empezó la preparación y se unieron músicos grandes, como Lalo en la trompeta, percusionistas del pacifico, varios pianistas, bailarines de Sonia Osorio y las luces de Edgar Molero quien también 10 años antes había sido el primer productor ejecutivo de un sencillo independiente de rock en Colombia, para su almacén Disco Club, el de Los Speakers.
El repertorio para el concierto también creció y se incluyeron temas del folclor pacifico donde los bailarines se lucieron, del caribe, como la cumbia ciénagera, donde el publico gozo y bailo y los ritmos del sur por los que ya eran reconocidos. Desde temprano se empezaron a vender boletas y la radio empujada por Armando, Edgar y Gustavo en muchas emisoras produjo el efecto previsto y la afluencia de publico respondió, se requirió un concierto adicional a media noche, fuera de las dos funciones previamente programadas.
Al no ser músico, ni del sonido que estaba a cargo de Harold, termine ayudando a Armando Plata en todo lo que podía, hasta hacerme cargo de la preproducción para la grabación que haría Inravision del concierto. Ese puesto me ayudo a conocer el contenido de las cintas, llevar el record y la numeración de las canciones.
Pasado el concierto, nos reunimos con Armando en Inravision para mirar el contenido y ver como editarlo. Se hizo lo que se pudo con el material y se guardo para un futuro programa especial.
El programa especial no llego, pero lo que si llego fue un programa en vivo diario   Tu y la Música”, para ERM producciones y Promec TV, recién fundada. Por prácticamente dos años estuve contratado por las dos programadoras como asistente de dirección de Tu y la Música, dirigido por Armando Plata. Poco a poco haciendo mandados para las programadoras, desde hacerme cargo de entregar y recoger las cintas de Hawái 5.0 y otras para Eduardo Ruiz Martínez cada semana, hacer cabezotes o comerciales sobre la programacion y dar charlas a jóvenes en Promec sobre Blues o Jazz me acomode. Afortunadamente esos trabajos eran bien pagos y me permitían continuar la universidad, la cual pasaba semestres rápidamente, hasta llegar a sexto, donde se debe escoger el medio para especializarse, entre periodismo, radio, televisión o cine. Escogí televisión creyendo que seria fácil, al fin y al cabo llevaba trabajando en ese medio dos años, había editado, hecho cabezotes para programas y llevaba  de asistente de dirección de un programa en vivo diario a cuatro cámaras, telepronters, vídeos, montajes, locuras, iluminación y escribiendo el guion de la parte de los artistas que presentábamos.
La universidad requería de otras actividades diferentes a lo que yo quería y la practica tocaba en los estudios de Cafam, donde todo parecía de juguete, comparado a Inravision.
Tu y la Música” se alimentaba de locuras en sketches, las canciones que pasaban semanalmente en Don Krisner’s rock concert, un programa americano de donde se extraía una canción diaria, de las cinco que traía, el resto era de noticieros de embajadas que algunas veces traían música, de el concierto de Génesis y repetir lo pasado en los primeros programas, “a petición del teleaudiente”.
Se estudio la posibilidad de grabar bandas “en vivo” en el estudio de Inravision, pero era imposible, una reberverancia incontrolable y sobre todo la falta de voluntad de los técnicos de audio y de video para hacerlo, por lo que se descarto, pero salió la posibilidad de un gran concierto en Melgar que se podría filmar. El concierto lo empezó a planear Plata con su familia, algunos amigos y se fue armando. Génesis resolvió no asistir y eran la mayor atracción, ya que durante un año se había pasado diariamente una canción de su concierto en Bogotá y estaban vigentes, las demás bandas eran o novedad o lo mismo ya decadente. Termine de maestro de ceremonia, presentando las bandas al tiempo que director del escenario, organizando que las transiciones entre grupos fueran lo mas breves posibles y todo fluyera correctamente, me encontré con viejos amigos, vi todas las bandas, una de las cuales, Merlín y Albatros hacia su debut, con un sonido interesante, acercándose mas al rock progresivo, apoyado en sintetizadores y liderada por Jorge Barco.

Era hora de estudiar Ingeniería de sonido en Nueva York, en el Institute of Audio Research. www.iar.edu